En la carta están citadas todas las rocas de la orilla con sus respectivas entradas. Hay algunas pequeñas bahías y caletas para salir pero como ya hemos contado antes, la marea es importante. La ventaja de este lugar es que no hay tanta amplitud de marea y con tan sólo una hora de marea creciente ya se puede salir a playa. De todas formas hemos salido esquivando piedras y hemos pasado por arriba de algunas sintiendo el roce en el casco del kayak. No queríamos dar vuelta los kayaks para no sufrir, montones de rayas poniendo en evidencia la fibra de vidrio. Los Asiak Petrel se han bancado cada cosa, debo decirlo, se la re bancan. Bueno, entonces estábamos navegando la costa este de Tierra del Fuego hacia la parte más complicada que es la entrada al estrecho de Le Maire.
Estuvimos pensando días y días en el cabo San Diego, Tethis, y San Vicente, tratando de imaginar las gigantes olas formadas por una corriente de marea de 8 nudos y el viento opuesto soplando fuerte. Para tranquilizarnos siempre decíamos lo mismo: " Muchachos, es agua, no lastima, simplemente hay que mantenrse cabeza arriba y salir" Una vez que ya estás en el baile....hay que bailar". Y entrábamos a los escarceos con otra mentalidad, tranquilos, disfrutando del movimiento del kayak en total armonía con las olas.
A veces estábamos en olas realmente grandes, pero muy grandes! Para que se den una idea el pilot chart (libro de navegación) para veleristas informaba sobre el tamaño de las olas estáticas, 10 metros en malas condiciones. Como para no variar, cuando encaramos hacia la punta de la isla para entrar en el estrecho y rumbear para Buen Suceso, el clima estaba horrible. Empezó mal el día, muy movido, pero arribando a San Diego con los ojos abiertos como lechuzas pudimos ver que los escarceos estaban lejos y si nos metíamos entre la costa y las algas teníamos protección. Justo a tiempo, el clima se portó bien, calmó el viento y empezó a llover. Ese día tras 9 horas de remar logramos llegar a Bahía Buen Suceso, peleándole a la corriente del estrecho.
Nos recibieron los muchachos de la armada y justo en el lugar estaban Daniel y Florencia, dos caminantes que venían a pata por los turbales. Detrás nuestro y en sentido opuesto llegaron Marcus y Biff, los dos kayakeros que estaban dando la vuelta a Tierra del Fuego.
O sea, un día para festejar. Eramos 12 adentro de la base de la Marina, pero reinaba la buena onda y nos matamos a tortas fritas, mate, guisos, pan casero y demás cosas ricas. Decidimos para un día para intercambiar información con Marcus y Biff y de paso chusmear un poco sus kayaks y equipamiento.
El kayak de Marcus es un Valley Nordkapp, un sueño! La calidad de ese bote no se puede creer, la mejor terminación que he visto en mi vida. La rigidez del kayak me llamó mucho la atención. Me olvidaba de contarles algunas cosas. En el camino a Buen Suceso ingresamos en la Caleta Policarpo.
Policarpo es una antigua estancia que hoy está abandonada. No hay puesteros, la verdad es que está en el medio de la nada. Hay mucho ganado salvaje. Traten de imaginarse vacas salvajes con cuernos enormes y otro pelaje, más peludas. Hay asados caminando por toda la montaña. Otra cosa que vimos mucho, castoreras. Esta lleno de castores morfando Lengas y matando bosques enteros.
Una desgracia. A esas ratas nadadora habría que erradicarlas. Tienen que saber que los castores nos son originarios de éstas latitudes, por ende, no tienen predador natural. Significa que se reproducen como roedores que son y cada vez hay más comiendo árboles y matando bosques. Impresiona el tamaño de las castoreras.
Caminar por el medio de la isla es casi misión imposible. Todo es turba, se te hunden los pies en el agua, cuesta avanzar.
Pero qué paisajes!! Península Mitre es un lugar mágico, salvaje, solitario, cambiante. Increíble! Muchas historias de navíos que naufragaron, puesteros, buscadores de oro. Es increíble encontrar refugios y estancias abandonadas a lo largo del camino. Te lleva a preguntarte siempre lo mismo, cómo hicieron esto y aquello??? Cómo hacían para vivir acá?? El clima es TAN CAMBIANTE! De repente llueve, sale el solo, sopla a 70 km/h, luego se detiene, hace frío. TODOS los días llovió en Tierra del Fuego. Hasta nevó! Es un verdadero desafío navegar por la Tierra del Fuego.
La hostilidad del clima apaga un poco la espectacularidad de los paisajes. Cuando llegás bien al sur de la isla los montes cordilleranos muestran paredes que caen al mar.
La isla de los estados se ve tan cerca que dan ganas de cruzarse para el otro lado.
De todas formas, a pesar de las costas que aparentan dificultad extrema, siempre hay vías de escape en caso de mal clima. Desde Buen Suceso ya encarábamos la veradera última etapa hasta Ushuaia.
Final con demoras.
Desde Buen Suceso decidimos salir a meter kilómetros para llegar rápido a Ushuaia. Ya estábamos realmente cansados, molestos con nosotros mismos, mucha ansiedad, mucho tiempo lejos de nuestro entorno, pero obviamente felíces.
De los planes a la realidad, un abismo. El viento no se comportó como lo hace normalmente, tranquilo bien temprano y fuerte al medio día. No, para nada, sopló en contra varios días y eso nos demoró bastante. Las etapas que hicimos fueron cortas y llegar a Moat se hizo eterno.
La Bahía Aguirre nos maltrató bastante, justo el día que íbamos a pasar de punta a punta para no meternos y acortar camino, traetormentas vino a despedirse de nosotros montado a un huracán. Estuvimos remando 10 horas ese día sin obtener el resultado deseado. Tuvimos que volver para atrás con un esfuerzo sobrehumano ya que el viento nos llevaba mar adentro y el GPS decía O km por hora. A cara de perro llegamos a una playa adentro de la bahía. De bronca hicimos la fogata más grande de toda la travesía. Tres días tardamos en salir de esa bahía, pero por lo menos pudimos avanzar un poco cada día. La foto que van a ver aquí debajo muestra un poco como tenía yo los cojones por el viento...si si.. bien llenos.
Perdón, pero fué así. Los días que siguieron no fueron mejores, pero a las 4 de la mañana soplaba un poco menos y saliendo a las 5 ya pudimos avanzar hasta Moat.
El camino es fantástico, bosques que caen al mar entre rocas, pequeñas planicies, playas de piedra para bajar, rocas emergentes gigantes!! Un paraíso. Y de aquí en más vendría lo que yo considero lo mejor de toda la Tierra del Fuego, el canal de Beagle.
LLegando a la prefectura de Moat entramos en el canal. Se ven las islas del conflicto con Chile, Nueva, Lenox, Picton. A lo lejos Navarino y todas las montañas nevadas. La gente de Moat nos recibió como en casa, un lujo. Y nos metimos en el canal, pero eso lo dejo para la parte que viene, la llegada.
Saludos.